El significado bíblico de desear
En la Biblia, el verbo "desear" tiene diferentes connotaciones y puede tener tanto un sentido positivo como negativo, dependiendo del contexto en el que se utilice. En este artículo, exploraremos los distintos significados que la Biblia le da al deseo y cómo estos pueden impactar nuestras vidas.
El deseo como búsqueda y anhelo de lo bueno
En primer lugar, el deseo puede referirse a una actitud de búsqueda y anhelo de algo que es considerado bueno y beneficioso. Por ejemplo, en el Salmo 63:1, el rey David expresa su deseo por Dios diciendo: "Oh Dios, tú eres mi Dios, te buscaré con afán; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay agua". En este caso, el deseo de David por Dios refleja su anhelo de tener una relación íntima y cercana con Él.
El deseo como inclinación hacia lo prohibido
Por otro lado, el deseo también puede referirse a una inclinación o anhelo hacia algo que no es bueno o prohibido. Esto puede verse en el décimo mandamiento, que dice: "No codiciarás la casa de tu prójimo, no desearás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva" (Éxodo 20:17). Aquí, el deseo se presenta como una actitud de envidia y avaricia, que está en contraposición a los principios de amar al prójimo y vivir en armonía.
El discernimiento entre los deseos buenos y malos
La Biblia nos presenta tanto el deseo bueno como el deseo malo, y nos invita a discernir entre ellos. En Filipenses 4:8, se nos exhorta a pensar en todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, digno de admiración, virtuoso y digno de elogio. Esto implica que debemos alinear nuestros deseos con estos valores y rechazar aquellos que nos llevan hacia el pecado y la transgresión.
El significado bíblico de desear está intrínsecamente relacionado con los anhelos, gustos y pasiones del corazón humano. Aunque el deseo puede ser dirigido hacia Dios y las cosas de Dios, también puede ser desviado hacia deseos egocéntricos y pecaminosos. Por lo tanto, la Biblia nos llama a examinar nuestros deseos y a someterlos a la voluntad de Dios, buscando siempre lo que es justo y agradable a sus ojos. Recordemos que nuestros deseos pueden influir en nuestras acciones y actitudes, por lo que es fundamental cultivar un corazón lleno de deseos que glorifiquen a Dios y promuevan el bienestar de los demás.
Llamado a la acción:
Te invitamos a reflexionar sobre tus propios deseos y a considerar si estos están alineados con los principios bíblicos. Examina tu corazón y busca la guía de Dios para cultivar deseos que te acerquen a Él y te ayuden a vivir una vida plena y virtuosa.
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